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No es fácil meter toda una GeForce RTX en un portátil de tamaño estándar, y sin embargo, no hace tanto tiempo que alucinábamos por el mero hecho de poder jugar a Doom con un armatoste que prácticamente era una maleta.

Llegar hasta aquí ha costado no poco esfuerzo, pero no te lleves a engaños: no todos los laptops extrafinos poseen sistemas de ventilación remotamente comparables. Porque hay diferencias, y algunas realmente serias.

Las necesidades técnicas de equipos de alto rendimiento como el HP OMEN 15 hacen necesario el uso de soluciones innovadoras, cuando no radicales, y es que esas toberas casi aeronáuticas que presiden los mejores portátiles gaming no están ahí solo por razones estéticas.

Veamos pues qué factores intervienen en la refrigeración de un portátil moderno.

No es lo mismo cobre que aluminio (ni todos los ventiladores son iguales)

Lo primero es lo primero. También lo más obvio. No es lo mismo refrigerar un equipo lo suficientemente fino como para llevarlo en la mochila sin cansarte la espalda que enfriar una mole con varios litros de capacidad interna y espacio para instalar radiadores de gran capacidad. Y sin embargo, ambos equipos deben brindar un rendimiento capaz de sacar 60 FPS a los juegos más potentes con un gran nivel de detalle. Todo un drama para los ingenieros.

Dadas las exigencias, ordenadores portátiles gaming como el HP OMEN 15 son máquinas técnicamente innovadoras. En lugar de limitarse a utilizar un ventilador económico para canalizar le calor de la CPU al exterior a través de una rejilla que otros equipos incluso sitúan en posiciones fácilmente obstruíbles, integran soluciones de refrigeración completas.

Disipadores, heatpipes y ventiladores son un único ente con una misión muy concreta: enfriar un hardware que fundiría un portátil convencional. Literalmente.

El HP OMEN 15 es un buen ejemplo. El calor generado por la CPU y la GPU se deriva desde un pequeño pero eficiente disipador a un conjunto de heatpipes. De ahí pasan a dos ventiladores finos pero con palas muy anchas, con una aerodinámica estudiada por ordenador para favorecer el flujo de aire.

Puesto que los ordenadores portátiles no cuentan con el espacio suficiente para instalar sistemas de aislamiento acústico, gran parte del trabajo de disipación es pasivo. La transmisión del calor está estudiada con tolerancias de décimas de grado centígrado, mientras que los ventiladores utilizan rodamientos hidrodinámicos.

Este tipo de cojinetes utilizan aceite entre dos sellos herméticos y por lo general se utilizan en las tarjetas gráficas de los equipos de sobremesa, para que te hagas a la idea de su eficiencia.

 

Si hemos de hablar de materiales, el HP OMEN 15, como el resto de los equipos gaming de OMEN, utiliza heatpipes de cobre. ¿Por qué es importante este detalle? Pues porque hay una diferencia brutal entre los sistemas de disipación de cobre y los de aluminio. El cobre es mucho, mucho más caro que el aluminio, que tiene un coste irrisorio, y además requiere unos procesos metalúrgicos más complejos. Por contra, su conductividad térmica es entre un 50% y un 100% superior a la del cobre.

El uso de componentes de disipación de cobre tienen un impacto económico en los portátiles de alto rendimiento. También que duren más a pesar de sus diseños ultradelgados, puesto que es posible fabricar disipadores que ocupan aproximadamente la mitad que sus equivalentes de aluminio. Y en un portátil, cada milímetro cuenta.

Más potencia, mínimo espacio: la filosofía Max-Q

 

Por otro lado, recientemente ha aparecido una nueva tecnología propietaria llamada Max-Q. Firmada por Nvidia, los portátiles Max-Q emplean sistemas de ventilación y unidades gráficas especiales para mantener un rendimiento elevado con la máxima eficiencia. De esta forma se reducen la necesidad de integrar un hardware de disipación excesivamente voluminoso.

Para que un equipo sea homologado por Nvidia como Max-Q debe cumplir una serie de requisitos en materia de peso, rendimiento y capacidad de refrigeración. Este no es un sello que se estampe a la ligera, y solo se reserva para equipos ligeros pero con toda la potencia brindada por tarjetas gráficas tan capaces como la GTX 1070 del HP OMEN 15.

Además de utilizar un hardware de ventilación más exigente, los equipos Max-Q se benefician de un software específico. Concretamente, la tarjeta gráfica es capaz de ajustar su rendimiento utilizando modificaciones al vuelo en el voltaje interno, casi casi como si practicada un undervolting inteligente para recibir menos energía cuando no es necesario. Y a menos energía, más reducidos serán los requisitos de disipación.

Tu portátil es un T-1000: llega la refrigeración por metal líquido

Con todo, la auténtica revolución en la refrigeración para ordenadores portátiles está aún por llegar. Lo hará de la mano del fascinante HP OMEN X 2S, que aboga por la novedosa tecnología de metal líquido en lugar de la típica pasta térmica. Hasta ahora solo utilizado de forma muy puntual, el metal técnico promete poner patas arriba el segmento de los portátiles gaming.

El metal líquido es un compuesto, generalmente una aleación de galio, que se caracteriza por una conductividad térmica muy elevada y unas propiedades muy interesantes. A temperatura ambiente su estado es fluido o como mínimo presenta una cierta viscosidad, de ahí su nombre, y al recibir el calor de la CPU o lo transmite inmediatamente al sistema de disipación.

El uso de metal líquido es una opción solo disponible en equipos especialmente sofisticados, y es que este material no es fácil de manejar. De entrada, puede interactuar con el cobre, degradando los componentes en contacto directo al crear irregularidades en su superficie que pueden arruinar su capacidad de disipación.

Además, el metal líquido es conductor de la electricidad. Por ello su aplicación ha de realizarse de forma muy cuidadosa.

Así las cosas, el metal líquido es una opción solo al alcance de bestias como el HP OMEN X 2S. Gracias al uso de esta tecnología se puede obtener una mejora de rendimiento en el frame rate de Apex Legends hasta el 28%, puesto que el equipo consigue evacuar el calor de sus componentes a los elementos de disipación de forma mucho más rápida. Y a menos calor, más limitado será el throttling, la reducción de rendimiento que se introduce en el hardware para mantener la estabilidad del sistema.

Por ahora el HP OMEN X 2S es uno de los primerísimos equipos portátiles en hacer uso del metal líquido, pero más adelante veremos otros equipos OMEN by HP con características y prestaciones de auténtico Terminator. Una prueba más de que OMEN y el segmento gaming siguen abanderando las innovaciones tecnológicas en todos los segmentos.

Imágenes | HP OMEN, Thermal Grizzly